jueves, 12 de febrero de 2015

Hay más soluciones que problemas.

Imagina que estás en casa y te diriges hacia la puerta. Cuando sales, te encuentras frente por frente con tu enorme jardín. Es un jardín verde y lleno de flores. Es el jardín de tu vida. Paso a paso, te adentras en el jardín y te vas fijando en cada una de las plantas y flores que has ido cultivando a lo largo de tu vida. En general, el césped está poblado y lleno de flores de muchos colores. Sin embargo, tú siempre estás pendiente de las malas hierbas. Sólo ves malas hierbas y malas hierbas. Te pasas los días intentando eliminar las malas hierbas, sin reparar en que, además de ellas, tienes un jardín precioso. Como siempre estás centrado en la maleza, no te percatas de la belleza de tus plantas y de tus flores, ni siquiera que poco a poco pueden marchitarse por no dedicarle otro tipo de cuidados. 
De pronto empiezas a fijarte en la planta de los amigos, que está en un rincón del jardín, aislada de las demás, descuidada, y se está secando porque hace tiempo que no la riegas. Por el contrario, a la planta de la familia a veces la riegas demasiado y otras veces la dejas mucho tiempo al sol. Nunca sabes cómo se debe cuidar y continuamente vas probando distintos medios para ver cuál funciona mejor. La planta del trabajo está marchita, le falta abono y hace tiempo que no te paras a sembrar el terreno para que crezca fuerte y sana. Ya no te gusta tanto como antes y por eso has empezado a descuidarla. No crees que pueda volver a tener el mismo aspecto que cuando empezó a brotar. ¿Y la planta de la salud? ¿Está bien o no haces nada por librarla de esos parásitos que tanto la molestan?.
Todas estas plantas han estado más o menos preservadas desde que comenzaste a sembrar el jardín. Sin embargo, tu afán por las malas hierbas han impedido durante mucho tiempo que veas lo hermoso que ha sido siempre y las flores tan maravillosas que tiene. 
Todos los jardines tienen malas hierbas, incluso el del mejor jardinero del mundo. 
Lo importante es que podamos seguir viendo nuestro jardín y seguir disfrutando de él. 

A veces los árboles nos impiden ver el bosque…. ¡Y otras veces la maleza nos impide ver nuestro bonito jardín!

Hay más soluciones que problemas. Céntrate en lo importante y que la maleza no te impida ver tu bonito jardín.

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