Para Fromm el amor es una expresión de la necesidad intrínseca del ser humano de evitar la soledad. El acto de amar es considerado un arte, y como cualquier arte hay que aprender, trabajar, esforzarse y mejorar.
"El amor no es esencialmente una relación con una persona
específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el
mundo como totalidad, no con un “objeto” amoroso.
Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de
sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo
ampliado.
Sin embargo, la mayoría de la gente supone que el amor está
constituido por el objeto, no por la facultad. En realidad, llegan a creer que
el hecho de que no amen sino a una determinada persona prueba la intensidad de
su amor. Se trata aquí de la misma falacia que mencionamos antes. Como no
entienden que el amor es una actividad, un poder del alma, creen que lo único
necesario es encontrar un objeto adecuado, y que después de todo, viene solo.
Puede compararse esa actitud con la de un hombre que quiere
pintar, pero que en lugar de aprender al arte sostiene que debe esperar el
objeto adecuado, y que pintará maravillosamente bien cuando lo encuentre.
Si amo realmente a
una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo a la vida. Si puedo
decirle a alguien “Te amo”, debo
poder decir “Amo a todos en ti, a través
de ti, amo al mundo, en ti me amo también a mí mismo”.
Decir que el amor es una orientación que se refiere a todos
y no a uno implica, empero, la idea de que no hay diferencias entre los
diversos tipos de amor, que dependen de la clase de objeto que se ama."