domingo, 27 de diciembre de 2015

Caricias

Los seres humanos somos animales sociales, y como tal, necesitamos de otros para sobrevivir.  Esta necesidad biológica nos lleva a buscar atención, refuerzo, amor y cariño de los demás.
 Ya desde bebé cuando nacemos necesitamos constantemente atención y cuidado, y  esta necesidad se prolonga a lo largo de nuestra vida, aunque manifestándose de forma diferente.  Esta necesidad de reconocimiento y atención se satisface a través de las CARICIAS.

Según la corriente psicológica del Análisis transaccional una CARICIA es una unidad de reconocimiento o de atención, puede ser cualquier estímulo social dirigido de un ser a otro, reconociendo su existencia, “te reconozco como persona”, “Sé que estás aquí”.


Existen dos tipos de caricias, las positivas y las negativas.

·         Caricias positivas; son aquellas que nos hacen sentir bien, nos dan sensación de bienestar y aumentan nuestra autoestima. Por ejemplo: Un beso, un abrazo, un gesto cariñoso, un halago, reconocimiento, etc.
Algunas caricias que parecen ser positivas pueden ser perjudiciales dependiendo de su uso, cuando:
Son excesivas y/o estereotipadas, tienen intención de manipular a los demás, excluyen otras caricias, y aprueban comportamientos inadecuados.

·         Caricias negativas; son aquellas que nos hacen sentir mal causándonos dolor, daño moral o físico y disminuyen nuestra autoestima. Por ejemplo: insultos, golpes, gestos de desaprobación, gritos, etc.
Otras caricias negativas son las siguientes:

ü  Caricias de lástima, que fomentan el desvalimiento o disminuyen la autoestima. “pobrecilla, que pena que no…”
ü  Insultos disfrazadas de broma.
ü  Comparaciones, “pintas muy bien, pero mira que trabajo tan bueno a hecho María”.
ü  Falsas caricias: Pueden parecer positivas pero no lo son, “eres muy fuerte para ser una chica”.
ü  Insinceras, no se sienten de verdad, se hacen por cumplir.


Hay veces que no obtenemos las caricias que necesitamos, o no son las adecuadas, o no expresamos la necesidad de estas caricias e igualmente no las ofrecemos, todo ello dependerá de nuestras normas internas establecidas de caricias. 
Como he comentado todo ser humano tiene necesidad biológica de ser reconocido, y  a falta de caricias positivas las personas buscamos caricias negativas, ya que son preferibles a no tener caricias. Por ejemplo, un niño muy bueno y responsable nunca es halagado o no recibe ningún tipo de atención cuando se comporta así, sin embargo cuando hace alguna travesura sus padres tienden a castigarle y por lo tanto mostrar atención e interés. Este niño prefiere tener caricias negativas que la desatención de sus padres, aunque sea en forma de gritos y castigo.

Claude Steiner afirma que existen unas Leyes de economía de caricias que son una serie de normas provenientes de los padres que son irracionales y prejuiciosas e impiden un libre y sano intercambio de estímulos sociales constructivos,  produciéndose así escasez de caricias y obligando a las personas a buscarlas de manera forzada, artificiosa y complicada.
A pesar de ello, esas normas son aceptadas por numerosas culturas, grupos y organizaciones, provocando daños que abarcan desde la simple insatisfacción, hasta infelicidad matrimonial y familiar, depresiones, adiciones, alcoholismo, obesidad, trastornos psicosomáticos,…
Estas leyes de escasez de caricias impiden un sano desarrollo de la persona consigo misma y con su alrededor, por lo que es muy importante conocerlas, evitarlas y modificarlas por las leyes de la abundancia de caricias, que nos hacen sentir bien y felices.

LEYES DE ESCASEZ DE CARICIAS

1.No des las caricias positivas que corresponden.
2.No aceptes las caricias positivas que merezcas.
3.No pidas las caricias positivas que necesites.
4.No te des las caricias positivas a ti mismo.
5.No rechaces las caricias negativas destructora.

LEYES DE ABUNDANCIA DE CARICIAS

1. Da abundantes caricias positivas cuando corresponda.
2. Acepta las caricias positivas que mereces.
3. Pide las caricias positivas que necesitas.
4. Date caricias positivas a ti mismo.
5. No aceptes caricias negativas destructoras.

 ¿Y tú, quieres vivir en la abundancia de dar y recibir caricias? J J