jueves, 30 de abril de 2015

Fobias

·         ¿Qué es una fobia específica? 

Las fobias específicas se encuentran dentro del grupo de trastornos de ansiedad.
El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) define a una fobia como “temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. La fobia específica se caracteriza porque la persona que la padece experimenta el miedo y el malestar asociados a determinado estímulo en particular (por ejemplo, fobia a las tormentas, a las arañas o a los payasos). La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada. Las personas consideran su miedo como irracional, pero les causa a quien la padece un temor intenso que puede desembocar en síntomas físicos tales como mareos, náuseas o palpitaciones, y hasta derivar en un ataque de pánico. En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos. 
Existe un tipo de fobia, la fobia social, que es más amplia y se refiere a la relación de la persona con los demás, de la que hablaremos en el próximo programa. 

Orígenes de las fobias

Para las teorías más biológicas los estímulos fóbicos son normalmente objetos o situaciones que supusieron un peligro real en el pasado de nuestra evolución y ante los que aún se reacciona como si fuesen peligrosos. Además existe también un gran peso de transmisión familiar.
Las teorías de aprendizaje dicen que existe una respuesta adquirida de miedo por la  asociación entre un objeto o situación fóbico con una experiencia negativa. (Leo caso real que esta al final del texto). Puede ser por vivencia propia u observación.

·         ¿Quiénes padecen fobias específicas y cómo afecta sus vidas?

Las fobias son un trastorno psicológico muy frecuente, las estimaciones hablan de que entre un 5 y un 10% de la población padece algún tipo de fobia. Sin embargo, con respecto a las fobias específicas, la tasa de individuos cuya vida se ve drásticamente afectada por las mismas es muy inferior. Esto se debe a que depende si el estímulo que desencadena la fobia es algo frecuente en la vida de la persona, o por el contrario, es algo que se puede evitar.
Por ejemplo, si una persona que vive en un entorno urbano tiene ofidiofobia, o fobia a las serpientes, le basta con no visitar el serpentario en las visitas al zoológico. Sin embargo, si tiene claustrofobia (miedo al encierro) y esta fobia no le permite tomar un elevador aún cuando vive en un decimoquinto piso, probablemente la fobia le traiga complicaciones en su vida cotidiana, sus rutinas laborales, familiares o sociales. 

·         Tipos de fobias específicas

Las fobias específicas pueden clasificarse en diversos subtipos según cuál es el objeto o la situación que detona el miedo. Por ejemplo:

Tipo animal: Es un subtipo de fobia que suele aparecer en la infancia. El miedo se refiere a ciertos animales o insectos. Una persona puede padecer más de una fobia: por ejemplo, bufonofobia (miedo a los sapos) y musofobia (miedo a los ratones).

Tipo situacional: Este subtipo puede iniciarse, o bien en la segunda infancia, o bien después de los veinte años. Se trata de un miedo que se detona ante situaciones específicas como viajar en avión, atravesar un túnel, encontrarse en un recito cerrado, etc.

Tipo ambiental: Este subtipo también suele tener su origen en la infancia del paciente. Se refiere al miedo a situaciones propias del entorno natural o fenómenos climáticos tales como las tormentas, los rayos o relámpagos, etc.

Tipo sangre-inyecciones-daño: Este subtipo suele presentar una incidencia familiar (lo padecen los hijos de padres con la misma fobia) y se caracteriza porque ante el estímulo, a la persona le baja la presión, se desmaya o sufre de mareos. Se trata de un miedo extremo a la sangre, a las inyecciones, transfusiones de sangre, cirugías o cualquier intervención invasiva.

Otros tipos: Algunas fobias específicas no se ubican en ninguno de los subtipos anteriores, ya que hay un amplio espectro de estímulos que pueden desencadenar temor y fobias. Por ejemplo, el miedo al vómito, el miedo a los espejos, el temor de los niños pequeños a los ruidos fuertes, a las personas disfrazadas, a las marionetas o a los muñecos, etc.

Las fobias específicas varían según el sexo: por lo general, su incidencia es mayor en las mujeres que en los hombres. Ellas suelen padecer fobias específicas del subtipo animal o situacional, mientras que la incidencia de los hombres es mayor cuando se trata del tipo sangre-inyecciones-daño, donde se igualan a las mujeres. 

·         Tratamientos  específicos para fobias simples

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico de las fobias específicas son los basados en técnicas de modificación de conducta. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más efectivas:

-Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y de las fobias en particular: mecanismos básicos, procesos de condicionamiento, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.

-Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema.

-Respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.

-Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas
(técnica primordial y necesaria en cualquier tratamiento de fobia)

-Desensibilización sistemática: combinación de técnicas de relajación con el enfrentamiento gradual a estímulos fóbicos.

-Prevención de respuesta o inundación: consiste básicamente en impedir las respuestas de evitación

-Modelado operante: Inicialmente el paciente observa a un modelo, otra persona, que se enfrenta a las situaciones que él teme sin sufrir consecuencias desagradables. Después el paciente, progresivamente, con ayuda del terapeuta trata de emitir respuestas adaptativas a la situación, a pesar de que persista cierto grado de ansiedad.

-Medicación: En el tratamiento de las fobias simples no se aconseja el uso de psicofármacos, salvo en algunos casos al inicio del tratamiento, o si existen problemas depresivos.

-Materieles de autoayuda, como complemento de la terapia, y/o soporte de las "tareas para casa".


Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento de las fobias simples. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos trastornos pueden venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es de la fobia, sino de la persona que lo padece, en relación, naturalmente, con la demanda que efectúa.


miércoles, 8 de abril de 2015

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO



¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?


El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es uno de los problemas de ansiedad más sobresalientes, ya que presentauna florida sintomatología,como la recurrencia de pensamientos percibidos como ajenos y las compulsiones ligadas al alivio del malestar que le produce, caracterizandolo como el trastorno de ansiedad más grave y limitante.

Padecer TOC significa tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas.


Las obsesiones se definen según los dos aspectos siguientes:

Pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten constantemente. Estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales son indeseados y causan mucha ansiedad o estrés.


La persona que tiene estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales trata de ignorarlos o de hacer que desaparezcan.


Las obsesiones son de mayor entidad que las preocupaciones más o menos excesivas de la vida normal, son combatidos por el paciente, quien, aun reconociéndolos como propios, se ve incapaz de controlarlos.


Las compulsiones se definen según los dos aspectos siguientes:

Conductas repetitivas (por ejemplo, lavarse las manos, colocar cosas en un orden específico o revisar algo una y otra vez como cuando se verifica constantemente si una puerta está cerrada) o pensamientos repetitivos (por ejemplo, rezar, contar números o repetir palabras en silencio una y otra vez o según ciertas reglas que se deben seguir estrictamente en orden para que la obsesión desaparezca).


El propósito de estas conductas o pensamientos es prevenir o reducir la angustia, o evitar una situación o acontecimiento temido. Sin embargo, estas conductas o pensamientos no tienen relación con la realidad o son claramente exagerados.


Existen otros requisitos para que estas conductas se consideren trastorno OB-COM:


Las obsesiones o compulsiones consumen mucho tiempo (más de una hora por día), o causan una intensa angustia o interfieren en forma significativa con las actividades diarias de la persona.


Los síntomas no se deben al consumo de medicamentos u otras drogas ni a otra afección.


Si la persona padece otro trastorno al mismo tiempo, las obsesiones o compulsiones no se pueden relacionar tan solo con los síntomas del trastorno adicional. Por ejemplo, para recibir el diagnóstico del TOC, una persona que padezca un trastorno de la alimentación también debe tener obsesiones o compulsiones que no se relacionen solo con los alimentos.



Tipos de TOC


  • Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones.


  • Verificadores: las que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe.


  • Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en las ejecuciones de acciones repetitivas.


  • Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.


  • Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.


  • Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivas con el objeto de contrarrestar la ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.


  • Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores.


  • Sexuales: consiste en pensamientos sexuales recurrentes, que incluyen sobre todo un temor exagerado a ser homosexual.



¿Manías y TOC?


No debe confundirse con las «manías» o rituales que podemos tener todos respecto a algunas cuestiones de nuestra vida diaria.


Las obsesiones en el TOC invaden la mente de la persona, y esta no puede sentirse tranquila hasta que no realiza la compulsión que la calma. A diferencia de las «manías» las obsesiones crean angustia, no son controlables, son persistentes y disfuncionales, y afectan, en mayor o menor medida, el funcionamiento normal del sujeto en su vida cotidiana. Así mismo preocupaciones o pensamientos puntuales repetitivos e intrusivos, o conductas de rutina de tipo compulsivo son normales en la población general, y no limitan la vida del individuo. En el TOC la intensidad, frecuencia y duración de tales pensamientos y conductas son exagerados.


Epidemiologia( Porcentaje)



El 90% de los casos se dan ambos componentes: obsesivo y compulsivo. Solo en el 2% de los casos se da obsesión sin compulsión.


La prevalencia del TOC es baja, un 2,5% de la población general y con misma proporción de hombre y mujeres.


La edad media de inicio está entre los 22 y 35 años, comenzado en el 65% de los casos antes de los 25 años, durante la infancia o adolescencia, y en muy pequeño porcentaje (15%) después de los 35. Este trastorno se inicia de un modo gradual, sin un claro precipitante. No obstante, en algunos casos su aparición se ha visto asociada a determinados cambios, como es el caso de su ocurrencia postparto.


El TOC produce una alta incapacitación a nivel sobre todo social: familiares y laborales, en las que la recurrencia de los rituales compulsivos plantean dificultades serias al comportamiento cotidiano, teniendo en cuenta la cronicidad y persistencia del trastorno.


Génesis


Como la mayoría de los problemas de índole psicológica, el TOC no se asocia a una causa única, si no que existen una serie de factores de riesgo que predisponen al mismo.


Contribución hereditaria

Parece ser que las personas afectadas por un TOC presentan una vulnerabilidad genética que, además, es influida por situaciones de estrés y factores ambientales.


Lo que se hereda es la naturaleza del TOC, no los síntomas específicos, así, una persona puede tener compulsiones de lavado, mientras que su padre las tiene de comprobación.



Variables biológicas


La teoría neuroquímica sugiere una participación preferente del sistema serotoninérgico por la demostrada eficacia de los fármacos antidepresivos. Inhibidores selectivos de la receptación de serotonina (aumenta serotonina), por que le se presupone una disminución de la misma.




Experiencias vitales tempranas:

- Estilos educativos que enfatizan en exceso la responsabilidad y el perfeccionismo.


- Haber tenido como modelos durante la infancia personas con características obsesivo-compulsivas.


- Formación religiosa estricta donde se considera que pensar algo es equivalente a hacerlo o tan malo como si se hiciera.


- Formación moral estricta que facilita la inflexión entre lo que esta bien y lo que esta mal.




Creencias o modo de pensar
: Las experiencias tempranas facilitan la existencia de determinadas creencias o modos de pensar.


- Responsabilidad exagerada: “Si pienso algo y luego ocurre será mi culpa, tengo que evitarlo”.


- Control absoluto sobre los propios pensamientos: “No puedo pensar ciertas cosas, si lo hago quiere decir que no estoy bien”.


- Sobreestimación de la importancia de los pensamientos: “Pensar algo así es tan malo como hacerlo”.


- Sobreestimación de la probabilidad y gravedad de las consecuencias: “Si he pensado esto lo más probable es que vaya a suceder”.


- Baja tolerancia a la incertidumbre: “Haré todo lo posible por evitar que algo malo suceda si está en mis manos”.


- Perfeccionismo: “Si cometo un error tendrá graves consecuencias”.


Esta última es especialmente característico de las personas con TOC. Estos individuos perciben como esencial la prevención de resultados negativos y se fundamenta en la creencia de que uno tiene el poder en la producción o prevención de las consecuencias negativas.



¿Cómo se explica la aparición de un TOC?




Como he explicado anteriormente, existen una serie factores que nos predisponen a padecer el trastorno (personales, hereditarios, biológicos, etc.), y ante un factor estresante, que puede ser algún acontecimiento externo (ver un cuchillo ), interno (pensamiento, duda o sensación corporal, o cualquier otra cosa, como un E de ánimo deprimido, puede aparecer el trastorno.


Es muy importante el significado que la persona da a las obsesiones una vez se disparan. Si se sobrevalora la importancia de tener un pensamiento negativo (“puedo yo llegar a hacer algo así?, si lo he pensado tal vez sí”, “si he pensado esto, seguramente algo malo va a ocurrir”) es probable que se centre la atención en lo negativo y en la amenaza y se trate de hacer frente luchando contra estos pensamientos.


Esta valoración negativa de los pensamientos o amenazas produce malestar/ansiedad y la persona trata de reducirlo mediante las compulsiones o rituales (limpieza, comprobación, repeticiones, acumulaciones...), la evitación y/o la supresión del pensamiento.


Las personas que sufren TOC creen que si no realizan sus compulsiones o rituales ocurrirán realmente consecuencias catastróficas (como coger una enfermedad, contaminarse, etc.) lo que provoca rumiaciones o sentimientos de culpa. Así pues, las compulsiones tranquilizan, disminuyen la ansiedad y permiten evitar la autoculpabilización. De esta manera se instauran las obsesiones, la persona al sentir una tranquilidad y control mediante la realización de rituales y comprobaciones, refuerza aún más las obsesiones creando un circuito cerrado que se retroalimenta y mantiene el problema.


Tratamiento


Tratamiento Bien Establecido para el TOC incluye, al menos por el momento, solamente a la Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta, como tratamiento psicológico. Mediante este método el paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle. Los estudios realizados y la práctica diaria demuestran que la EPR es una terapia muy exitosa para la mayoría de los pacientes que la completan y los efectos positivos perduran una vez finalizado el tratamiento.


También debe incluirse en esta categoría el tratamiento farmacológico con antidepresivos: clomipramina , flouxetina, fluvoxamina y sertralina.